¡Hola, amantes de la lectura! Hoy vengo con la reseña que pone fin a la serie de Amos y Mazmorras, aunque confío que Lena Valenti nos traiga más libros con la historia de las Calaveras, nuevos personajes que han aparecido en Amos y Mazmorras VII y VIII. Y así también ponemos punto y final a este año...
Amos y Mazmorras: séptima y octava parte
Autora: Lena Valenti
Editorial: Vanir
Fecha de publicación: 23/11/2015
Precio: Menos de 400 (varía según la entrega)
Ella jamás pensó
que su vida daría tal vuelco. Pero es una mujer valiente dispuesta a salir
adelante. A él las dudas y la inseguridad por lo que vio o dejó de ver ya no le
dejan dormir tranquilo. Ha pasado el tiempo desde que Prince y Sharon rompieron
su relación, dejando huérfanos al mundo de la dominación y la sumisión. No obstante,
ambos han tenido sus encontronazos durante su separación, dejando muy claro que
su odio y su rencor está a la misma altura de las llamas de la pasión que
siempre les hizo arder. No pueden estar juntos. No obstante, la muerte de uno
de sus amigos y la desaparición de las dos mejores amigas de Sharon, Dóminas
como ella, hacen saltar todas las alarmas. Prince se tragará el orgullo y
pedirá ayuda para proteger a la Reina y rescatar a sus amigas.
Estaba deseando leer esta historia. El romance entre Prince y Sharon se adivina desde la primera entrega y estaba deseando saber quién era Dominic, qué pasó para que Prince y la Reina lo dejasen y por qué él culpaba a Lion de ello.
Así que en cuanto pude, me hice con estas últimas dos partes y las devoré.
En el primer libro, la séptima entrega, nos encontramos como Sharon y Prince se conocen, se enamoran y terminan separados. Es un libro cargado de sentimientos y es que entre ambos se da un flechazo impresionante. Brutal. Devastador. Me ha parecido muy surrealista que en nada ya se amen, que se tengan unos celos increíbles y en nada estén viviendo juntos y divirtiéndose en la mazmorra.
A pesar de todo, en esta novela vemos un Prince y una Sharon hasta ahora desconocidos. Acostumbrados a los protagonistas fríos que no osan sentir nada, ahora vemos dos personas llenas de fuego, ganas de vivir y de amar. Prince es rico pero no le importa el dinero; ella es camarera y no encuentra un hombre que le llene, pues aunque le gusta mandar, ninguno de ellos le planta cara. Un amor imposible que se convierte en posible, en algo lleno de luz y erotismo hasta niveles insospechados.
Me ha gustado muchísimo ver a un Prince despreocupado y sin rencor, sin ganas de hacer daño. Aunque me ha parecido demasiado controlador para mi gusto. Y Sharon, si bien sabe mandar, no me gusta que se rinda tan fácilmente. No sé, un poco de desconfianza no estaría mal, ¡qué te vas a vivir con un hombre al que acabas de conocer! Sí, admito que este amor a primera vista, vamos a vivir al límite, ha quitado encanto al libro, que había empezado muy bien pero que se me ha hecho pesado y aburrido a medida que pasaban los capítulos.
Pero Dominic, el hermano de Prince, se meterá por medio de una forma demasiado cruel y calculadora, haciendo que vuelvas a estar pegado a las páginas y que el corazón se te quede atascado en la garganta, porque el dolor se colaba a través de la tinta hasta mi alma.
Aunque no os diré qué ocurre para que esta pareja se separe por culpa de esta miserable y se culpe a Lion por ello, debo decir que me cansa que Lena Valenti siempre recurra a lo mismo. Estas ganas de sufrir por sufrir, tan gratuitamente, me parecen innecesarias y demasiado brutales y dolorosas.
Entonces, ocurre. El tiempo pasa. Ahora Lion, Marcus y Nick ya tienen a las mujeres de su vida con ellos, a excepción de Prince. Pero algo ha cambiado. Han pasado los meses, Sharon es una dómina de lo más respetada, junto con otras dos mujeres. Y ahora ellas están desaparecidas. Y el Príncipe está convencido de que Sharon es el siguiente objetivo...
Y así comienza el segundo libro. Sharon está en peligro, o eso creen. Y es que Prince ha decidido tragarse el orgullo y el rencor y acudir a Lion para saber dónde están sus amigas y si la Reina está en peligro. Cuando todo señala a una convención del mundo bedesemero a la que Sharon no pensaba asistir, estas cuatro parejas unen fuerzas para descubrir quién tiene a sus compañeras.
Para formar un buen equipo, Sharon deberá fingir que Prince y ella han vuelto y que, a diferencia de un año atrás, ahora es él el sumiso. Esto le dará humor y peligrosidad a la historia, pues el Príncipe es un dominante de pura cepa, mientras que es ella la que puede ser sumisa y dómina según su compañero de juegos...
Y será en esta aventura en Las Vegas, donde Prince descubrirá la verdad, lo que ocurrió aquella noche y se enfrentará a su hermano por todo el daño que ha causado desde entonces.
Una mezcla entre amor, sufrimiento, sexo, mafias y policias que ya no creen en el sistema que se mantiene en la línea de la serie. Algo que me ha gustado, pues la autora se ha mantenido en sus trece y ha mantenido un orden.
Esperaba otro final, no uno tan precipitado ni tan fácil de conseguir. Y es que Prince la lió muy parda, podría arrastrarse un poco más para que la Reina lo perdonase y le diera otra oportunidad, pero eso no quita que no me alegre de que esta pareja recupere la pasión y el amor del principio, superadas todas las adversidades, el horrible pasado de los dos y todo aquello que no podrán conseguir, ya que Sharon, sorprendentemente, tiene un pasado oscuro que intenta dejar a toda costa y que me dejó bloqueadísima...
Os recomiendo estas dos entregas si sois seguidores de la serie, pues es impresionante, de nuevo. Y si no habéis leído todavía Amos y Mazmorras, os recomiendo que lo hagáis cuanto antes porque una vez lo empecéis, nunca podréis soltarlo...