¡¡Hola lectores!! Tenemos esta sección algo abandonada así que he venido por aquí a darle algo de vidilla xD Y como me he dado cuenta de que no habíamos hecho citas de TFIOS he tenido la necesidad de remediarlo. Así que vamos a ello. A lo mejor así se anima la gente que no lo haya leído y la que sí recuerda esta historia tan bonita. Intentaré evitar spoilers, pero son muchas <3
—Augustus, quizá te gustaría compartir tus miedos con el grupo.
—¿Mis miedos?
—Sí.
—Me da miedo el olvido. —Habló sin pensárselo un segundo—. Lo temo como el ciego al que le da miedo la oscuridad.
—¿Qué pasa? —le pregunté.
—Nada —me contestó.
—¿Por qué me miras así?
Augustus esbozó una media sonrisa.
—Porque eres guapa. Me gusta mirar a las personas guapas, y hace un tiempo decidí no privarme de los sencillos placeres de la vida.
—Los cigarrillos no te matan si no los enciendes —me dijo mientras mi madre se acercaba al bordillo—. Y nunca he encendido ninguno. Mira, es una metáfora: te colocas el arma asesina entre los dientes, pero no le concedes el poder de matarte.
Algunas veces lees un libro, sientes un extraño afán evangelizador y estás convencido de que este desastrado mundo no se recuperará hasta que todos los seres humanos lo lean. Y luego están los libros como Un dolor imperial, de los que no puedes hablar con nadie, libros tan especiales, escasos y tuyos que revelar el cariño que les tienes parece una traición.
—¿Puedo volver a verte? —me preguntó.
Su voz sonó nerviosa, y me pareció entrañable.
—Claro —le contesté sonriendo.
—¿Mañana? —me preguntó.
—Paciencia, saltamontes —le aconsejé—. No querrás parecer ansioso...
—No, por eso te he dicho mañana —me contestó—. Quisiera volver a verte hoy mismo, pero estoy dispuesto a esperar toda la noche y buena parte de mañana.
—Bien —dijo después de una eternidad—. Quizá «bien» será nuestro «siempre».
—Bien —añadí.
Todo el mundo debería tener amor verdadero, y debería durar como mínimo toda la vida.
Soy una granada, y en algún momento explotaré, así que me gustaría que hubiera el menor número de víctimas posible, ¿vale?
Siempre había pensado que el mundo era una gran fábrica de conceder deseos.
*así estaba yo*
Mientras leía, sentí que me enamoraba de él como cuando sientes que estás quedándote dormida: primero lentamente, y de repente de golpe.
—Estoy enamorado de ti —me dijo en voz baja.
—Augustus —dije yo.
—Lo estoy.
Me miraba fijamente, y yo veía cómo se le arrugaban las comisuras de los ojos.
—Estoy enamorado de ti, y no me apetece privarme del sencillo placer de decir la verdad. Estoy enamorado de ti y sé que el amor es solo un grito en el vacío, que es inevitable el olvido, que estamos todos condenados y que llegará el día en que todos nuestros esfuerzos volverán al polvo. Y sé que el sol engullirá la única tierra que vamos a tener, y estoy enamorado de ti.
—La gente se acostumbra a la belleza.
—Pues yo todavía no me he acostumbrado a ti —me contestó sonriendo.
—No quiero hacerte algo así nunca —le dije.
—Bueno, no me importaría, Hazel Grace. Sería un privilegio que me rompieras el corazón.
—Estoy en una montaña rusa que no hace más que subir —me dijo.
—Y para mí es un privilegio y una responsabilidad subir ese camino contigo —le contesté.
—¿Sería totalmente absurdo intentarlo?
—No vamos a intentarlo —le dije—. Vamos a conseguirlo.
Pero tengo que decir algo: cuando los científicos del futuro se presenten en mi casa con ojos robot y me pidan que los pruebe, les contestaré que se vayan a tomar por culo, porque no quiero ver un mundo sin él.
Hay infinitos más grandes que otros. Nos lo enseñó un escritor que nos gustaba. En estos días, a menudo siento que me fastidia que mi serie infinita sea tan breve. Quiero más números de los que seguramente obtendré, y quiero más números para Augustus de los que obtuvo. Pero, Gus, amor mío, no puedo expresar lo mucho que te agradezco nuestro pequeño infinito. No lo cambiaría por el mundo entero. Me has dado una eternidad en esos días contados, y te doy las gracias.
¿Qué más? Es preciosa. No te cansas de mirarla. No tienes que preocuparte de si es más inteligente que tú, porque sabes que lo es. Es divertida sin pretenderlo siquiera. La quiero. Tengo la inmensa suerte de quererla, Van Houten. No puedes elegir si van a hacerte daño en este mundo, pero sí eliges quién te lo hace. Me gustan mis elecciones. Y espero que a ella le gusten las suyas.
Me gustan, Augustus.
Me gustan.
¡Ay! Lloro. ¿Tenéis alguna favorita? ¡Contadme!
¡¡Hasta otra!!
¡Una recopilacion genial!
ResponderEliminarEste libro esta lleno de frases preciosas,mi ejemplar esta plagado de posits jajajaja
un beso
Aiixx como me gustó este libro, aunque no me hizo llorar tanto como todo el mundo dice.
ResponderEliminarUn besitoo!
Dios, no puedo leer esto sin que me entren los feelings TT.TT
ResponderEliminarHolaaaaaa yo no lo he leído pero tiene buena pinta ^^
ResponderEliminarUn beso
Lloremos todos TTTTTTTTTT
ResponderEliminarMe encantan las citaaaaas
Lloremosss !!! Amo todas y cada una de las citas !!
ResponderEliminar