lunes, 10 de octubre de 2016

EL MAR INFINITO

¡¡Hola lectores!! Hoy os traigo la reseña de la segunda parte de La quinta ola, que muchos conoceréis. Su autor, Rick Yancey. CUIDADO. PUEDE CONTENER SPOILERS DE LA QUINTA OLA.



La primera ola fue solo un aviso. La segunda ola nos cogió desprevenidos. La tercera ola duró un poco más, …nos dejó sin razones por las que seguir vivos. La cuarta ola nos quitó todo aquello por lo que estábamos dispuestos a morir. La quinta ola nos ha sumido en un mar de nada infinito. Los Otros se han propuesto exterminar a la humanidad.

La cuestión ya no es si vivimos o morimos, sino de sobrevivir una hora, un día más. Pero seguimos aquí. Esta guerra ya no es de humanos contra alienígenas. Es la lucha de la esperanza contra la desolación. De la fe contra el miedo. Del amor contra el odio. Y nosotros somos el campo de batalla.


Leí La quinta ola hace un año o por ahí (¿?), poco antes de que se estrenara la película. Y, no sé por qué, tardé bastante en leer El mar infinito. La verdad es que La quinta ola me había gustado mucho, así que decidí que ya era hora de ponerse a leer (sobre todo porque en noviembre publican en España el tercer libro). Total, que lo empecé y… Lo dejé. Si os soy sincera, el principio no me enganchó. Antes de que alguien se ponga las manos en la cabeza y grite ‘¡sacrilegio¡’, creo que es posible que las expectativas me jugasen una mala pasada, pues toda persona con la que hablaba me decía que el segundo era mejor que el primero.

Pero, hace dos semanas, decidí ponerme seria y continuar con el libro. Y esta vez sí, señoras y señores. Esta vez no pude dejarlo hasta que lo terminé. Porque a partir de la segunda mitad, el libro es, y me vais a permitir hablar mal, jodidamente bueno. Sobre todo desde el punto de vista psicológico y gracias al personaje estrella: Hacha.

Sí, Hacha. Ni Cassie, ni Evan, ni Ben… Hacha. De hecho, es la narración de ella la que más importa. Los demás se pasan el libro dando vueltas de un lado para otro sin moverse a penas del sitio (imagino que Yancey está preparando el terreno para la apoteosis final en The Last Star).

Os cuento un poco. Tras la destrucción de la base de los alienígenas, cortesía de Evan Walker, Hacha, Ben, Cassie, Sam y compañía aparecen en un hotel, donde están intentando averiguar cuáles son los pasos a seguir mientras esperan un milagro y que Evan Walker aparezca por la puerta (bueno, eso solo lo espera Cassie). Total, que Hacha decide irse sola a buscar unas cuevas en las que se supone que podrían esconderse. Y claro… las cosas salen del revés y acaba capturada.

Por otro lado, los que se han quedado en el hotel siguen esperando mientras tratan de no tirarse sillas los unos a los otros. Pasa poca cosa en la narración de Cassie y Evan (que, obviamente, está vivo. ¿Alguien lo dudaba?). Cassie se pasa el 70% del tiempo pensando en su drama ‘estoy enamorada de un alienígena. Bien por mí’. Aún así, es mucho mejor que otras protagonistas que he tenido la desgracia de toparme por ahí. Las cosas como son. He echado en falta que narrase Ben (mi Ben *-*), pero la verdad es que no era necesario en este libro (de ahí que la parte del hotel me resulte pesada. No porque no narre Ben, si no por el hecho de que sea suficiente con el POV de Cassie). Excepto por un par de cosas que pasan (donde narra Evan y donde narra Bizcocho), no hay mucha emoción.

Así que me centro en Hacha. La pobre chica acaba en manos de nuestro majo y amable Vosch (sarcasm detected). Y aquí empieza el juego psicológico. A través del POV de Hacha descubrimos más cosas acerca de los planes de los alienígenas. Pero, he de decir que al acabar el libro no sabía si sabía más o menos todavía que antes. Yancey es un maestro de liar la madeja hasta hacer nudos de marinero.

El caso es que Hacha tendrá que luchar por su vida y tratar de no ser un peón más en el juego de ajedrez que ha montado Vosch. También conocerá a Navaja, un personaje que me ha parecido de lo más interesante en cuanto a complejidad. La verdad es que la mayoría de personajes de Yancey están muy bien construidos. La mezcla de diferentes POV también le da al libro mucha riqueza. Eso es un puntazo.

Y en todo esto de Hacha es donde más se ve la moral del ser humano. El hecho de ver cuál es el modo de conducta de un ser humano cuando se ve en una situación límite. Vosch juega con la esperanza y la confianza, rompiendo a sus enemigos desde dentro. Ya se veía en La quinta ola, pero aquí es aún peor. Y los que están en el hotel también lo vivirán. Incluso el lector se acaba preguntando qué haría si estuviese en lugar de ese o esos personajes.

Así que, en resumen, aunque el principio del libro no acababa de convencerme, a partir de la mitad todo cambia y acabé enganchadísima a este libro. Yo, la verdad, os recomiendo la trilogía y estoy deseando leer el último libro. Aunque rompo el molde y, al contrario que mucha gente, prefiero el primero. Este lo he visto más de enlace hacia el tercero. Espero de verdad que el autor sepa terminar bien y arreglar de modo verosímil todo lo que ha roto. Muchas veces, el no saber terminar bien es el problema de las trilogías o sagas de este tipo.

3’5/5

¡¡Hasta otra!!


1 comentario:

  1. Pasé muy en diagonal por tu opinión, y no, no es que vaya a leer La quinta ola, pero si que la voy a ver este fin de semana...soy de las q empiezan la casa por el tejado jajajaja

    Besitos románticos

    Otro Romance Más

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