¡¡Hola
lectores!! Hoy os traigo el final de la trilogía de “Los lobos de Mercy Falls”,
Siempre de Maggie Stiefvater. Si no
habéis leído los otros dos, os aconsejo que no leáis la reseña: CONTIENE
SPOILERS.
Se acabó el juego. Ahora las apuestas son a
vida… o muerte.
Los
lobos de Mercy Falls vuelven a salir en las noticias. Hace diez años, la manada
atacó a una chica. Los periodistas manejaron la palabra “accidente”. Una década
más tarde, ha muerto otra chica. Ahora, la palabra es “exterminio”.
El
tiempo se agota para Sam y Grace, para Isabel y Cole. Esta vez, las despedidas
pueden ser para siempre.
Adoro
las ediciones de esta trilogía. De verdad que las adoro. Todos esos árboles y
hojas con los relieves son puro love.
No
sabía qué pensar de este libro. El segundo me dejó con ganas de más pero, por
otro lado, la regla de las trilogías me danzaba por la mente. Los últimos
libros son los peores. ¿Y si era así? Así que comencé con unas expectativas
entremezcladas y no sé bien decir cuales se han cumplido. Quizá las dos.
El
segundo nos deja con Grace convertida en loba para poder salvarle la vida
(ironías de la vida) y a Sam jurando encontrar una cura. Las tornas han
cambiado. Bueno, han pasado cinco semanas desde el final de Rastro y vemos que Grace ha aparecido
lejos de Mercy Falls. Poco a poco los recuerdos del chico de ojos amarillos
vuelven a ella y tiene que encontrar la manera de volver junto a Sam que, desde
que ella no está, no vive. Y, mientras, Cole St. Clair intenta encontrar esa
cura que tanta falta hace. ¿Y quién sino Cole para encontrarla? Por su parte,
Isabel intenta evitar a esa estrella del rock descarriada a la que no le
conviene acercarse.
Y
los lobos están en peligro. Una chica ha aparecido muerta y Tom Culppeper está
decidido a matarlos a todos. Ha conseguido preparar una cacería legal en la
que, si no se hace algo, los lobos de Mercy Falls morirán uno tras otro. Así
pues, los protagonistas deben encontrar una solución a la cacería mientras
lidian con sus propios problemas personales.
Volvemos
a encontrar una narración a cuatro bandas. Grace, Sam, Cole e Isabel vuelven a
contarnos su historia, cada uno desde su lado. Me gusta esta forma de narrar,
puesto que es la primera persona de varios personajes y puedes observarlo todo
desde diversos ángulos.
La
historia sigue la línea de las anteriores aunque, en esta ocasión, me ha
costado engancharme a ella. No ha sido hasta la mitad del libro cuando he visto
la esencia de la historia. Antes de eso, me ha resultado pesado en algunas
ocasiones, cosa que no me pasó con los otros dos. Aún así, el libro está bien.
He visto peores terceras partes.
Sam
me ha flojeado un poco en esta ocasión. Se le ve indeciso y abatido. Aunque en
ciertos momentos salía a flote el Sam que a mí me gusta, en otras me exasperaba
un poco. Como punto a favor, decir que, que te acusen del asesinato de tu novia
no debe de ser plato de buen gusto para nadie, además de que quieran asesinar a
tu familia de cuatro patas. Sam se encuentra con muchos problemas en este
libro. He de decir que me he inclinado más hacia Cole en este libro. Aún así,
hacia el final del libro, Sam demuestra su valor y me encanta.
Grace
sigue como siempre. Analizándolo todo desde la fría lógica. Como dije en las
otras reseñas, es una protagonista que no me ha supuesto exasperación. No me he
enfadado con ella por hacer alguna estupidez propia de las protagonistas
femeninas. Es sensata y madura y eso me gusta.
Isabel
sigue lidiando con sus problemas familiares. La muerte de Jack es todavía una
herida abierta y su padre está decidido a ver muertos a todos los lobos. Isabel
se encuentra en una encrucijada. Pero, ¿cómo salvar a sus amigos de su padre?
Aunque de algo está segura, conseguirá salvar a Grace, Sam y Cole como sea.
Pero
Cole es el alma de este libro. En Temblor
vimos esa conexión amorosa tan especial que tienen Sam y Grace y apenas se
trata el tema de los lobos. En Rastro
aparece Cole y la cosa cambia. La historia adquiere otro ritmo. Sin embargo,
Cole no terminaba de caerme bien. Pero en Siempre…
LE HAGO LA OLA. Es el personaje que más me ha gustado, sin lugar a dudas. Es el
puntazo del libro. Ahora Cole ha cambiado. Ya no necesita suicidarse y está
intentando encontrar una cura que ayude a los lobos. Y no parará hasta
conseguirla y demostrarle a su padre y así mismo que no se parece en nada a su
progenitor. Cole es la antítesis de Sam, y esto le otorga al libro otra
perspectiva. Forman un equipo genial.
En
cuanto al final… me dejó algo desconcertada. ¿Sabéis cuando sientes que te
falta algo? Pues eso me pasó a mí. Un capítulo más que lo atara todo bien
fuerte. Porque hay cosas que creo que se quedan demasiado sueltas. Necesitaba
alguna explicación más consistente. Deja mucho a la imaginación y eso acaba de
convencerme. Además… *ATENCIÓN SPOILER*
Creo que Stiefvater le ha dado más importancia a la muerte de Olivia que a la
de Beck, cuando a Olivia la conocemos de un libro y Sam siempre nos está
hablando de Beck. No sé, me ha dado esa sensación *FIN DEL SPOILER*
Sin
embargo, en conjunto, el libro me ha gustado mucho. No ha sido un broche
perfecto pero he oído que la autora va a escribir un spin-off de la saga con
otros protagonistas. Adivináis quiénes ¿no? A ver si así se me aclara alguna
cosa un poco más. De momento, os recomiendo la trilogía.
¡¡Hasta
otra!!
Hola!
ResponderEliminarNo he leído nada de la autora, pero esta trilogía la tengo en mis pendientes desde hace mucho. Es una reseña muy buena y positiva, pero he leído tantas donde dicen que el que merece la pena es el primero que prefiero ir con las expectativas bajas para no llevarme un chasco.
Besos!
Hola!
ResponderEliminarTengo muchas ganas de leer esta saga! Pinta bien!
Gracias por la reseña y la advertencia de que las sinopsis contienen spoilers! Se agradece el aviso!
Me quedo por tu blog y esperaré a ver tus próximas reseñas!!
Aprovecho para dejarte el mío por si no lo conoces!
http://lalectoradurmiente.blogspot.com.es/
Un besito y nos leemos!