LA SOMBRA DEL VIENTO

¡¡Hola lectores!! Hoy os traigo, sin lugar a dudas,  el que es y será uno de mis libros favoritos. Su autor, Carlos Ruiz Zafón.

En medio de las oscuras sombras que se han apoderado de la Barcelona de la posguerra, el joven Daniel Sempere busca el rastro de Julián Carax, un autor naufragado en el olvido por el que se siente fascinado. De su obra subsiste un único ejemplar de la novela La sombra del viento; el resto ha sido sistemáticamente destruido, devorado por el laberinto de la historia.

El otro día, estaba revisando las reseñas que he escrito para el blog cuando me di cuenta de que no había reseñado este libro. Siendo uno de mis libros favoritos lo encontré bastante raro. Así que no sabía cómo explicarlo hasta que recordé una cita de mi amiga Hazel Grace que describía perfectamente lo que siento hacia esta historia:

“Y luego están los libros como ‘Un dolor imperial’, de los que no puedes hablar con nadie, libros tan especiales, escasos y tuyos que revelar el cariño que les tienes parece una traición”

Estoy segura de que todos tenéis un libro así, lectores. Un libro que observas con cariño y que relees siempre que puedes. Un libro increíble que te hace sentir como el primer día. Un libro al que, sin duda, no le hará justicia esta humilde reseña. 

Ocho años ya hace ya del día en el que leí este libro por primera vez. A mis once años de edad, apenas acababa de salir de mi infancia en la que leía en su mayoría Harry Potter. Eran mis primeras incursiones en la literatura adulta y no sabía qué iba a encontrarme. Buscaba algo que leer cuando mi hermana vino y me tendió “La sombra del viento” alegando que me gustaría mucho. Se equivocaba. Me encantó. A partir de entonces, lo he releído muchísimas veces. casi tantas como Harry Potter (y eso es decir), y creo que jamás me cansaré de hacerlo. Cada vez que lo abro de nuevo es como reencontrarse con un viejo amigo. Decidí aprovechar la reseña y leerlo una vez más. Y todavía lo cierro con una sonrisa pintada en la cara.

Creo que me sentí como Daniel, el protagonista, cuando, ya en casa tras su visita al Cementerio de los Libros Olvidados, se tendió en la cama y comenzó a leer el ejemplar que había rescatado de ese lugar sagrado: La Sombra del Viento, de un tal Julián Carax. Daniel, a sus diez años, no soltó el libro hasta que lo terminó, ya despuntando el alba. Algo parecido a lo que me pasó a mí. Creo que es hora de citar otro de mis libros favoritos: Corazón de Tinta.

“Si te llevas un libro a un viaje sucede algo muy extraño: el libro empezará a atesorar tus recuerdos. Más tarde, te bastará con abrirlo para trasladarte al lugar donde lo leíste por primera vez”

¿No os ha pasado nunca? Bueno, Daniel acabó tan encantado con el libro que intentó leer otros títulos del misterioso Carax. Pero no había nada. Hace tiempo, alguien iba de casa en casa, de biblioteca en biblioteca, de librería en librería, quemando todos los ejemplares que encontrara de libros de Carax. Y del autor nadie sabía nada tampoco. Estuvo desaparecido años hasta que le encontraron muerto en un callejón de Barcelona. Cuanto más le contaban, más intrigado estaba Daniel. Así pues decidió tirar del hilo de una historia llena de intrigas, emociones, amor, traiciones y amistad. Una historia tan espléndida como las que Julián escribía. Una historia que no debería ser desenterrada, pero que, a la vez, tenía que descubrirse. Era una sorpresa detrás de cada página, un puzzle en el que encajaba todo perfectamente.

Todos y cada uno de los personajes me resultan increíbles. Desde Daniel, pasando por Fermín y Carax, hasta llegar a Fumero, el temible antagonista de esta historia. Pero Julián es, sin duda, EL PERSONAJE. Su historia, que Zafón te desarrolla poco a poco y sin pausa es tan increíble que no puedes para de leer hasta saberlo todo. Era el que más me transmitía, junto a Fermín, cuya historia encontraréis en otro de los libros del autor: El Prisionero del Cielo.

En cuanto a la pluma del autor… No puede ser más brillante. Su narración es preciosa, con ese punto de ironía que te arranca una sonrisa. Ágil y seria, sin resultar sin empalagosa ni aburrida, pero con ese toque especial que le otorga chispa. Una pluma que te traslada a la Barcelona de la posguerra y te lleva de paseo por cada rincón, como un guía sumamente experto.

Así pues, sólo pido que mi humilde reseña haya animado a alguien a leer este libro. Y también me gustaría conocer algún día a Carlos Ruiz Zafón y darle las gracias por escribir semejante obra de arte.

No puedo darle sólo cinco. Es demasiado perfecto.

¡¡Hasta otra!!