LA ESPERANZA PERFECTA

¡Hola, amantes de la lectura! Hoy os traigo el último libro de la trilogía Hotel Boonsboro de Nora Roberts: La esperanza perfecta.

Ryder es el Montgomery más dificil de descifrar: duro por fuera y nada blando por dentro. Es hosco y huraño, pero cuando se pone un cinturón de herramientas no hay mujer que se resista a sus andares arrogantes. Salvo, al parecer, Esperanza Beaumont, la gerente de su propio hostal...

Como antigua directora de un hotel en Washington, Esperanza está acostumbrada a la emoción y el glamour, pero eso no significa que no sepa apreciar las alegrías de vivir en una ciudad pequeña. Está donde quiere estar... salvo en su vida amorosa. Su única relación con el sexo contrario ha sido discutir con el irritante Ryder, que siempre parece sacarle de quicio. Pese a todo, ninguno puede negar la chispa que hay entre ellos... una chispa que prender con un beso de Nochevieja.

Mientras que el hostal va como la seda gracias a la experiencia y el instinto infalible de Esperanza, su pasado en la gran ciudad está a punto de hacer una poco grata y embarazosa aparición. Ver a Esperanza vulnerable agita las emociones de Ryder y hace que sé de cuenta de que, si bien Esperanza no es perfecta, sí que lo es para él...

Por fin, llegué a la historia de Esperanza y Ryder, que empezó en el primer libro de una forma tan suave e imperceptible que, si no llega a ser por el casto beso de año nuevo que hay en la segunda novela, nadie notaría. Pero al fin está aquí, el romance entre la gerente y uno de los hermanos Montgomery.

El hotel va viento en popa y Esperanza es la gerente perfecta. Responsable, educada y siempre sonriente. Es eficiente. Todo el mundo la adora, porque es buena, simpática y, pese a parecer urbanita que no encaja en Boonsboro, desprende una gran seguridad en sí misma. Aunque tiene el orgullo más destrozado que el corazón, poco a poco, el pueblo, sus mejores amigas, los hermanos Montgomery y su familia la están ayudando, sin saberlo, a rehacerse de la traición del hombre que creyó amar. 

Pero cuando ese hombre reaparece y el fantasma del hotel, que resulta ser una antepasada suya, se lo propone, todo se verá del revés. Y es que deberá besar a Ryder constantemente para salir de según qué situaciones, y lo que empieza como una obligación, un favor, terminará uniendo a esta pareja y haciendo que la pasión estalle entre ellos.

Una pasión que consume a Ryder desde hace tiempo y que ya no sabe cómo afrontar a Esperanza. Él siempre ha sido de hablar poco. No soporta a las personas, se lleva mejor con sus perros. Aunque eso no quita que sea buen amigo, buen hermano, buen cuñado y buen hijo. Es adorable pese a su forma de ser, tan hosca, tan suya, tan grosera. Tiene un peculiar sentido del honor y del humor. Me ha encantado. Creo que es el mejor hermano de los tres, o quizá me gusten los chicos malos...

Así pues, lo que empezó siendo como un juego entre dos personas totalmente opuestas, terminará siendo una preciosa historia de amor llena de honestidad, serenidad y buenos momentos.

Y este romance, además, se ve preciosamente acompañado de otros momentos. Y es que la familia Montgomery va en aumento, tal y como hemos podido ver en Siempre hay un mañana  y en El primer y último amor. Sobrinos, bebés, un posible padrastro y perros. Un libro donde la familia y la amistad es el pilar fundamental de nuestros protagonistas. 

Por supuesto, Nora Roberts se mantiene en la línea de los MacKade para enlazar el fantasma con el pasado de Ryder Montgomery. Pero si queréis descubrir la historia de Lizzy, cómo llego a Boonsboro y qué pasó con ese gran amor que se llevó a la tumba... tendréis que leer La esperanza perfecta.

Yo os lo recomiendo. Porque es una novela que transmite mucho sentimiento y mucha calma. Un romance especial, divertido.

Lo es aunque me hayan vuelto a cambiar el nombre de la protagonista. Odio cuando hacen eso. Si ella se llama Hope, ¿por qué lo traducen? GRRRR.