SIEMPRE HAY UN MAÑANA

¡Hola, amantes de la lectura! Hoy os traigo la reseña de una novela romántica llamada Siempre hay un mañana, de Nora Roberts, que es, además, la primera entrega de la trilogía Hotel Boonsboro. 

El histórico Hotel Boonsboro superó tiempos de guerra y paz, cambio de propietarios e incluso rumores de estar embrujado. Ahora, el hotel está experimentando una remodelación completa a manos de los tres hermanos Montgomery y su excéntrica madre. La vida social de Beckett, el menor de los tres hermanos, arquitecto, se limita a hablar del trabajo mientras come pizza y toma cerveza. Pero esta vez su atención no está centrada totalmente en las reformas: lo distrae una mujer, la misma a la que quiso besar cuando tenía dieciséis años. 

Después de perder a su marido, Clare Brewster está centrada en sus tres niños y en atender la librería del pueblo. Los hijos no le dejan tiempo para pensar en el amor, pero ella se siente fascinada por la transformación del viejo hotel que Beckett está llevando a cabo y querrá admirarlo de cerca, el edificio y al hombre que lo diseña. La gran inauguración se acerca y Beckett se complace en enseñar el hotel a Clare. Él le está mostrando una habitación diferente cada vez que los dos encuentran un rato libre. Nunca hay una primera cita, pero estos momentos robados son el principio de algo que podría despertar un deseo secreto que duerme en el corazón de la independiente de Clare y que abre la puerta a la extraordinaria aventura que viene después.

Llevaba un mes sin leer nada de esta autora y necesitaba empaparme de algo de Roberts. Luego, encontré esta trilogía en edición bolsillo, cuyas portadas son más preciosas, y no pude evitarlo. Me adueñé del primer libro y del segundo y aquí estoy, dispuesta a contaros la historia de Beckett y Clare.

Beckett es el pequeño de los tres hermanos Montgomery. Junto con Owen y Ryder y su madre, Beck se está encargando de restaurar por completo el Hotel Boonsboro. Cada dormitorio será especial, pues plasmarán diferentes romances de libros clásicos... donde la protagonista es sin duda la habitación Elizabeth y Darcy, donde Beck conocerá una presencia paranormal que huele a madreselva y que será también protagonista de esta trilogía: la fantasma Lizzie.

Pero yendo por partes... os voy a presentar a Beckett. Es un hombre bueno, trabajador, paciente y con un alma enorme que siempre ha estado enamorado de Clare. Pero ella se marchó muy joven para casarse con el amor de su vida, pero ahora ha regresado al pueblo. Viuda. Y con tres hijos. Nuestro protagonista se enamorará de la nueva Clare a medida que le enseñe el hotel en horas robadas, porque la librería de la que es dueña la protagonista es su sustento. Y se enamorará de los niños a medida que su relación avanza, algo encantador y tierno que me ha tocado el corazón. 

Él lo tiene fácil. Siempre ha estado en el pueblo, solamente tiene que dejarse alcanzar por Clare.

Viuda y con tres hijos, Clare apenas tiene tiempo para sí misma. Tener una cita es casi impensable, pero cuando al fin consiga aceptar que entre Beck y ella hay algo, no será tan fácil. Los miedos, la presencia de Lizzie y sus recuerdos con Clint, así como sus tres pequeños y un hombre que no parece entender que no está interesado en él, sino en el Montgomery, pueden complicarlo todo.

Y lo que parece una novela de un romance tranquilo, lento, donde la restauración de un hotel y la aparición de muchos personajes secundarios, que terminarán siendo protagonistas de la trilogía en las dos siguientes entregas, ayudan a que esta historia se desarrolle con diversión, momentos de tensión y otros de ternura... será una farsa. Porque Clare está en peligro. Porque a veces quien menos te lo esperas te tiene en el punto de mira. Y solamente Lizzie, la fantasma, podrá evitar que este romance termine en tragedia. 

¿Conseguirá Clare superar su pasado y darse una nueva oportunidad con Beck? ¿Entenderá Beck las señales del fantasma del hotel y comprenderá que Clare está en peligro de muerte? ¿Aceptarán los pequeños diablillos de la protagonista al novio de su madre? ¿Qué pasará con los hermanos Montgomery ahora que la nueva gerente del hotel ha llegado al pueblo? 

Una historia muy tranquila y cotidiana con un punto de suspense y acción que me ha tocado el corazón y que contiene la esencia de Nora Roberts entre sus páginas. Creo que no os defraudará. A mí no me ha decepcionado en absoluto. Sobre todo porque me ha recordado mucho al estilo de Cuatro Bodas y Los Hermanos MacKade. Si os gustaron estas dos tetralogías de Nora Roberts, esta trilogía sin duda os encantará. 

Yo os lo recomiendo con los ojos cerrados.