GENTE QUE VIENE Y BAH

¡¡Hola lectores!! Hoy os traigo la reseña de un libro romántico y muy divertido. Su autora, Laura Norton.

¿Cuántas probabilidades hay de que te toque el gordo de la lotería? ¿O de que el chico con el que estás a punto de casarte se líe con la presentadora más guapa de la tele la misma semana en la que además pierdes el trabajo? A Bea le acaba de pasar (excepto lo de la lotería); así que decide huir y refugiarse en la casa de su excéntrica familia buscando un poco de paz, aunque acabará trayendo el caos a la vida de todos. Bea es así.

En esta novela vas a encontrar un Mercedes rosa, una casa en los árboles, un pelirrojo de caerse de espaldas (literalmente), muchas risas y unas cuantas lágrimas de esas que se lloran a gusto, que te liberan y te reconcilian con la vida. Una historia con la que descubrirás que siempre hay algo bueno esperándote a la vuelta de la esquina. Si sabes verlo. Y si no la cagas.

Lo que me llamó la atención de esta novela fue la sinopsis (nah, fue el Mercedes rosa, lo admito. ¿Quién lleva un Mercedes rosa?), que me pareció que encerraba una historia que merecía ser leída. Y vaya que sí. Además, que la autora fuera la de “No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas” (sí, la conocéis) era un plus por las buenas críticas que había tenido. Así que me lancé en cuanto lo tuve en las manos. Y me ha gustado muchísimo.

Este es un libro que te sorprende sobre todo por sus personajes. Y no es que parezcan que han salido del circo (bueno, al menos todos no), si no que los niveles de locura de todos sobrepasan los límites. Y como me gusta eso.

La mejor es la protagonista, Bea. No es que ella no piense antes de actuar. Es que no actúa, se tira a la piscina en plancha y sin agua debajo. Lo que me he reído con ella no lo sabe nadie (bueno, sí, mi madre que me miraba como si estuviera loca). Es una de esas protagonistas que te deja huella. Sobre todo si te tira zapatos a la cara. Es una persona que lo siente todo con intensidad, desde la alegría hasta la tristeza, pasando por el enfado. De repente está de lo más normal y a los cinco segundos se ha montado tal película en su cabeza que pobre de ti si estás cerca. Pero tiene un gran corazón. Además, ya lo dicen, las mejores personas están locas.

Y es que la chica tiene mala suerte. Parece que la haya mirado un tuerto. Tiene talento para la arquitectura y la despiden del trabajo en favor de su futuro marido, Víctor, que encima se lía esa noche con la presentadora del telediario de la 1. Si es que las desgracias nunca vienen solas. Así que Bea acaba emigrando a su pueblo natal, en Cantabria, para estar con su familia y huir de su ex y su amante televisada. ¿Y qué me encuentro allí? La familia más original que me haya encontrado nunca. Y yo que pensaba que la mía era rara.

Entre la madre con el don de averiguar las enfermedades de todo el que se le cruza, el padre marinero, la hermana mayor alcaldesa, la mediana… bueno, ya averiguaréis de la mediana, el pequeño que es superdotado, el Guardia Civil, el Bombero (sí, tenemos todo el cuerpo de seguridad del Estado aquí), el sobrino existencialista y unos cuantos más que completan el cuadro… ni Los Simpson, oye.

Y luego está Diego (el pelirrojo que tira de espaldas de la sinopsis), que no es de la familia pero sale mucho también (y sí que tira de espaldas). Es viudo desde hace dos años y lleva una de las fábricas más importantes del pueblo. Completan el pack la hija muda, un suegro gruñón y una suegra… una suegra… peculiar. Como veis, tenemos de todo.

Y claro, entre Bea y Diego habrá chispa… y trastos que se tiran el uno al otro a la cabeza. Pero bueno, poco a poco, su relación evolucionará a pesar de lo encerrado que Diego está en sí mismo por todo lo que pasó con su esposa. Pero menuda es Bea e.e

Así que nos encontramos delante de una historia muy divertida y con lección que enseñar. La pluma de la autora es muy divertida y ligera de leer. Puedes tener párrafos grandes con diálogos rápidos intercalados. Una combinación muy buena. Situaciones hilarantes que te arrancarán más de una carcajada y, por lo menos en mi caso, alguna lágrima (en realidad, estuve llorando 10 minutos).

En cuanto al final… me pareció que faltaba alguna cosa por dejarme clara, solo que no puedo decir nada porque sería spoiler. Pero me hubiese gustado que alguien le hubiese dado una lección a una arroja linternas con muy mala baba o saber si uno de los personajes continuaría con el negocio familiar.

Y lo que más me ha gustado. Que he cerrado el libro con una sonrisa y la lección bien aprendida. No hay mal que por bien no venga y siempre, aunque todo parezca negro, hay algo bueno que está esperando para llegar a tu vida y quedarse. Todo pasa por una razón, hasta lo más mínimo. Todo te lleva a un destino. Solo es cuestión de verlo.

Gracias por esta gran historia Laura Norton. Yo no puedo hacer más que recomendarla. Cuando algo te gusta lo recomiendas ¿no? Pues eso, a leer^^

*Agradecimientos a Espasa por el ejemplar*

¡¡Hasta otra!!