domingo, 17 de agosto de 2014

ENTRE ADAPTACIONES: Harry Potter y la piedra filósofal

4 de noviembre de 2001. Ese día se estrenaba en Londres la primera adaptación de la mejor saga que he tenido el placer de leer. Por fin le poníamos cara a todos los personajes y lugares que habíamos visto en nuestra imaginación. Una de las películas más esperadas.



El otro día decidí verla por millonésima vez. Después del familiar logo de la Warner sale un cartel en el que en letras negras y mayúsculas está escrito PRIVET DRIVE. Un hombre alto, con barba plateada, camina por la calle desierta al anochecer. De repente, acciona un aparato y la luz de la farola más cercana se apaga. Satisfecho, saluda a una gata atigrada con un cortés "Buenas noches profesora McGonagall". La gata en cuestión se transforma ante nuestros ojos en una mujer que de inmediato pregunta al profesor Dumbledore si los rumores son ciertos. A los pocos segundos, una moto voladora desciende y de ella baja un hombre enorme y barbudo que lleva un bebé con él. Con cuidado, Dumbledore deposita al niño en la puerta de una de las casas y se despide de él con un simple "Buena suerte, Harry Potter".

Así empieza una de mis adaptaciones favoritas de la saga, junto con "El prisionero de Azkaban" y "El cáliz de fuego". Quizá sea porque es la primera pero me encantó en su momento y me sigue encantando. Desde los actores hasta los escenarios. Daniel Radcliffe y Rupert Grint siempre me han gustado mucho como Harry y Ron respectivamente. Pero Emma Watson es desde el principio la perfecta Hermione Granger. La sabihonda Hermione que nos regaló frases tan buenas como su famoso "Es levioooooosa, no leviosáááááá". Es amor. 

 


Luego tenemos a muchos otros como la gran Maggie Smith, que está sublime como Minerva McGonagall. Además, está Richard Harris, al que su nieta amenazó con retirarle la palabra si no interpretaba a Albus Dumbledore. Desgraciadamente, tuvieron que sustituirle a partir de la tercera pero a mí siempre me ha gustado más este Dumbledore que el otro. Y uno de los más odiados o adorados, depende a quien se le pregunte: Tom Felton, que tendría el placer de interpretar al repelente Draco Malfoy. Siempre me ha gustado mucho este actor y su personaje. Y muchos más que me dejo pero que merecen su mención como los gemelos Weasley, Snape o Hagrid (para el que no debía ser fácil subirse al armatoste ese en el que lo ponían para que pareciera más grande. Le hago la ola por eso).


Y luego los lugares. El colegio que siempre he soñado con pisar, el andén 9 y 3/4, el expreso de Hogwarts, el Bosque Prohibido... ¡Era todo tan genial! Aún hoy, después de haberla visto miles de veces, me sigue emocionando. Faltan cosas, claro está. Pero creo que se supo captar la esencia del libro. Porque la primera película tiene mucho encanto. Toda ella aderezada con una banda sonora ESPECTACULAR.





Así que yo le pondría un 8. Porque, pese a lo mucho que me gusta, no perdono que no saliera Peeves.

¿Y a vosotros os gustó?^^

¡¡Hasta otra!!

Esta entrada pertenece a la Iniciativa Hogwarts.

2 comentarios:

  1. Ay, me encanta esta película, es genial, genial, genial, geeeeeenial <3 Me sorprendió muchísimo que todos los decorados y todo se parecieran tanto a como me los imaginaba.

    ¡Un besote!

    ResponderEliminar
  2. Has escrito una reseña entrañable que demuestra el cariño que le tienes a la serie. Todos hemos crecido con Harry Potter de una manera u otra y siempre es un placer volver al inicio de todo.

    Un saludo

    Inmaculada

    ResponderEliminar

¡Hola! Tus comentarios nos ayudan a crecer y ¡nos hacen muy felices! Pero recuerda, respeto hacia el resto de lectores y nada de spam.

¡Muchas gracias!^^