¡Hola, amantes de la lectura! Hoy os traigo el quinto libro de la saga Dark Hunter de Sherrilyn Kenyon: El beso de la noche.
¿Qué obtienes cuando coges un guerrero vikingo inmortal al que nadie recuerda cinco minutos después de irse, una heredera de Apolo que huye por su vida y un semidiós bastante cabreado? Básicamente, obtienes mi vida. Todo empezó de manera bastante simple: salvé una mujer, en un club, una noche; lo siguiente que supe fue que la puerta del Infierno se había aierto y de allí emergieron daimons de clases que nunca había visto antes. Guiados por el hijo de Apolo, habían salido para dar fin a la maldición que les condenaba a la oscuridad. El único problema es que debían matar a Cassandra Peters para conseguirlo, y si ella moría, también morirían el Sol, la Tierra y todos los que moran en ella.
Unidos por el destino, ahora es mi labor proteger a una hija de la raza que he cazado durante cientos de años. Ninguno de los dos se atreve a confiar en el otro. Pero ella es la única que me recuerda. Más que eso, con su valor y fortaleza, es la única que ha tocado un corazón que creí muerto siglos atrás.
Wulf Tryggvason
Estoy indignada porqué estas portadas no me gustan. Lo único bonito es la chica de espaldas y creo que no pega con Cassandra, básicamente porqué es rubia y la de la portada es morena. Menudo crimen. Y Wulf es mucho más guapo en mi imaginación. MUERTE A LAS PORTADAS QUE MUESTRAN PERSONAS, QUE TE SUGESTIONAN Y NO DEJAN QUE LA IMAGINACIÓN SEA LIBRE.
El caso, es que esta historia me ha sorprendido porqué empieza a la vez que el tercer libro, y vemos como pasa el tiempo y se comenta que la historia de Talon se ha cerrado, y también la de Zarek, protagonistas de las dos entregas anteriores a esta. Lo cierto es que necesité leer la conversación de Wulf y Talon para recordar quién era este Cazador Oscuro.
La trama es similar al resto, pero esta vez, va un nivel más allá. Sí, el protagonista masculino es un Cazador Oscuro. Sí, está sujeto a algún tipo de maldición. Sí, el malo es un daimon de lo más poderoso. Pero la protagonista no es humana ni diosa. Es... una apolita. Si decide morir dentro de ocho meses, Cassie desaparecerá, pero sino, se convertirá en una daimon. Y para complicar más las cosas, la autora decide que la apolita se quede embaraza de Wulf. ¿Y ahora qué? ¿Qué hará el Cazador? ¿Matará a la mujer que espera un hijo suyo? ¿Y si su hijo es apolita y termina siendo daimon? ¿Lo matará también dentro de veintisiete años? ¿Y por qué hay un semidios malo malísimo que quiere matar a Cassie, cuando, si ella muere también lo hace el sol? ¿Lo conseguirá?
Como veis, la trama parece muy de acción y tal... pero no. Hay unas cuantas páginas donde sufres, donde tienes el corazón en un puño, es cierto. Pero esta novela es distinta al resto. Este libro es suave, desprende sufrimiento, indecisión y mucho amor.
Wulf es un hombre frío, desesperado para que su último descendiente, que es su escudero (un chico muy salao' y que adoro), tenga hijos. Sólo los de su sangre pueden recordarle, y es que lo maldijeron: todo aquel que lo vea, lo olvidará a los pocos minutos. Pero cuando Cassie lo recuerda constantemente, una brecha de esperanza y deseo se abre en su corazón. Hasta que descubre que la mujer con la que sueña es apolita y que, por una treta de Artemisa, espera un hijo suyo. Wulf entrará en un mundo de amor y pasión lleno de indecisión: ¿si su hijo fuese un daimon, lo mataría? Pronto se dará cuenta que además de luchar contra el daimon que quiere a Cassie, necesita desesperadamente un milagro que le permita a su mujer seguir viva más allá de los veintisiete años.
Cassandra es una mujer de armas tomar. Inocente en muchos aspectos, lleva una gran carga emocional a cuestas que intenta ocultar con una sonrisa. Vive al día y sabe defenderse de los daimon. No quiere morir, pero está resignada a ello. Pero todo cambiará cuando tenga que esconderse en una colonia apolita y tenga que confiar su corazón a Wulf, para que éste cuide de su hijo cuando muera. Lloré tanto cuando Cassandra suplicaba por vivir para ver crecer a su hijo... pero tanto.
En este libro aparece un personaje nuevo, un daimon que acabará por ser amigo de los Cazadores. Increíble, pero cierto. Urian es un daimon muy extraño, con sentido del honor, capaz de enamorarse. Un daimon que ayudará mucho a Cassie para que pueda escapar de las temibles garras de su padre.
En este libro nos encontramos con Phoebe, la hermana de Cassie, una daimon que te demuestra que no todos los monstruos son malos. Y también está Katra, una mujer misteriosa que camina entre la fina línea del bien y el mal, que debe fidelidad a Artemisa y a la malvada de Apolimia.
Y para mi alegría, aparecen los otros Cazadores. Qué gustazo reencontrarse con Kirian, Talon y Zarek. Incluso sale Julian. Y AQUERÓN. OH, GOD. Los adoro tanto... Y Simi está tan en su salsa, es tan graciosa, que quiero achucharla.
Como veis, este libro lo tiene todo para ser perfecto, para tener un hueco en la estantería. Si quereis saber qué pasará con Cassandra, Wulf y su hijo, sólo tenéis que leer el libro y dejar que Sherrilyn Kenyon os toque el corazón.
Puntuación (sobre 5):
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