sábado, 12 de abril de 2014

SERIE SWEETBRIAR

¡Hola, amantes de la lectura! Hoy os traigo una trilogía de una de mis autoras favoritas, aunque creo que nunca os he reseñado un libro suyo: Jude Deveraux. Y os traigo la Serie Sweetbriar, formada por La mujer falsa, La mujer perdida y La mujer de la ribera.


Antes de empezar con las reseñas, aclaraos que yo tengo los libros en físico y no son estas portadas. La primera novela la tengo de RBA, de esos fascículos que venden, mientras que los otros dos libros (La mujer perdida, La mujer de la ribera) los tengo de la editorial ZETA, cuyas portadas son monísimas. 

Estos tres libros serian el primero, el segundo y el tercero, pero según sé hay uno que se llama Sweetbriar y sería el llamado libro 0, el que explica el inicio de esta serie y nos la introduce. Pero no lo encuentro en ningún lado, así que no he tenido la oportunidad de leerlo. Aunque cotilleando por internet también se dice que estos libros son el segundo, tercero y cuarto de una saga llamada James River. No sabría decirlo bien, bien.

La mujer falsa

Nicole era una apasionada belleza francesa, secuestrada por error y llevada a través de los mares turbulentos para ser esposa de un desconocido. En la Virginia del s.XVIII, las tierras fértiles se extendían junto a los ríos que limitaban las grandes plantaciones. Allí, Clayton esperaba a su dama inglesa...

Nicole ha sobrevivido a la Revolución Francesa gracias a un enorme sacrificio que hizo su abuelo, un aristócrata que sí fue vencido. 

Luchadora por naturaleza, Nicole no soportaba ser la doncella (mejor dicho, esclava) de la caprichosa Bianca, una jovencita inglesa que creía que al darle trabajo le había hecho un enorme favor. Nicole creía que ya tenía dinero suficiente como para montar su propia tienda, hasta que unos hombres la secuestraron y se la llevaron de su nuevo hogar, Inglaterra.

Nicole llega a America tiempo después, casada por poderes con un desconocido. Clayton se sorprenderá cuando descubra que la muchacha no es Bianca, su amada, sino una delgaducha francesa. Pero eso no impedirá que entre ellos, nazca el amor, la pasión y la desconfianza.

Nicole demuestra ser luchadora y trabajadora, una mujer que no soporta tratos de favores y que guarda en ella el terrible dolor por la horrible perdida de su familia. Por supuesto, se nota en su educación y su forma de moverse cuan noble es su sangre, pero no tiene reparos en vestir como una simple campesina, aunque es refinada incluso con cualquier vestidillo de lana.

Clayton es un hombre... no es el típico protagonista al que estamos acostumbrado. Su obsesión con Bianca es porqué es físicamente parecida a su cuñada, la mujer que amó en secreto desde pequeño. Pero ella siempre prefirió a su hermano. Clayton encontró en Bianca la sustituta perfecta cuando la pareja murió y le dejó a su cargo sus dos hijos. Clayton es autoritario, pero a la vez... causa terribles dramas. Es un cobarde, un hombre que casi no tiene sangre en las venas. 

Y cuando todo parecía ir bien entre esta extraña pareja, cuando el amor parecía florecer entre ellos, un montón de personajes aparece en acción para separarlos. 

Bianca, que había estado dando largas durante mucho tiempo a Clay, llega a Virginia dispuesta a anular el matrimonio y ocupar el lugar de señora Amstrong, y es que acaba de descubrir que Clay es rico. ¡Rico! Maldita zorra avariciosa. Estará dispuesta a todo para conseguir a su hombre, y más cuando vea que Clayton ya no la ama como antes. Y cuando digo todo, es todo. Bianca encontrará varios aliados, entre ellos a Abe, un tipo que secuestrará a Nicole en un momento dado, y a un francesito que dirá ser familiar de Nicole y que, en realidad, sólo desea poseerla.

Pero así como unos quieren separarles, otros querrán verles felices, como Jamie, la nueva mejor amiga de Nicole, que estará a su lado a lo largo de los años que dure esta novela. Y también Wes y Travis, dos hermanos amigos de Clay y que terminarán siendo claves en la novela, así como amigos/hermanos fundamentales para Nicole.

Esta historia tiene un ir y venir de alegrías y tristezas... es una montaña rusa emocional. Cuando todo parece ir bien, algo hace que la felicidad de los protagonistas se vea engullida por la oscuridad. Traumas, mentiras y demás harán que el amor sea difícil de mantener en una pareja que acabará distanciándose y desconfiando el uno del otro.

¿Podrán Nicole y Clayton estar finalmente juntos, o Bianca les ganará la partida? 

La mujer perdida


Regan Weston, apenas cubierta por su camisón, había salido de su dormitorio para dar una sorpresa a su prometido, pero sin embargo, la sorprendida fue ella, y de forma dolorosamente desagradable. En medio de esa noche terrible sólo halló refugio en los brazos de aquel hombre. Desde los sucios muelles de Inglaterra hasta las elegantes mansiones de Virginia, Regan y Travis vivieron un amor encendido por el azar, inflamado por la pasión.

Esta historia es, para mí, la mejor de la serie. Regan es una chica joven e ingenua, que ha perdido a sus padres y cuyo único refugio es el malvado tío Jonathan. Cree que su felicidad está en casa de Farrell, su prometido. Pero la noche que descubra que Farrell sólo la quiere por su enorme dote, así como su tío, Regan huirá de casa ataviada con un simple camisón. 

Cuando llegue a la ciudad, o mejor dicho, al puerto, se topará con un enorme hombre con complejo de muro. 

Travis Stanford es guapo y americano, y encegado por el alcohol del malo, confundirá a Regan con una prostituta. Al ver su error, intentará enmendarlo, pero visto que Regan se niega a desvelar su identidad, Travis no dudará en llevársela con él a América. 

Rumbo al continente americano, el amor nacerá entre esta extraña pareja, incluso tendrán la buena noticia que van a ser padres. ¿Pero podrá la frágil e ingenua Regan hacerle frente a una gran plantación? ¿Y a la guapísima de Margo, la pelirroja con quién todos creían que Travis terminaría casándose? No, no lo hará. Y huirá... y Travis no dejará de buscarla durante cinco años, hasta que sus caminos se reencuentren.

Travis evoluciona a lo largo del libro. Ya no es el muchacho que conocimos en el primer libro. Han pasado varios años y ahora es un hombre, que a medida que avancemos las páginas veremos que madura, que confía más en la mujer que tiene a su lado. Será un hombre de carácter, muy sincero. Un hombre cuya forma de luchar por el amor de su vida es jodidamente preciosa.

Regan es la que más evoluciona. Empieza siendo una chica ingenua, y cuando le rompen el corazón, pasa a ser una criatura asustadiza y que se apoyará totalmente en Travis. Una mujer débil, que huirá cuando se vea superada por todo lo que implica ser la señora de Stanford. Pero renacerá de sus cenizas formando un pueblo, haciéndose más rica de lo que es en realidad, sin saberlo. Y se tendrá que enfrentar a Travis, el amor de su vida, y a Farrell, ese amor del pasado, que ha viajado hasta América para buscarla.

Pero Farrell no es trigo limpio. Ni tampoco Margo, una de esas mujeres que sólo quieres estrangular. Por suerte, esta historia está acompañada por la buena amiga de Regan, que la habrá ayudado a levantar su pueblo... y su niñita, la hija de Travis, que te roba el corazón nada más leerla.

Deveraux ya nos introduce levemente a Wesley. Nos lo presenta como un hombre que todos creen todavía niño y con un corazón noble. Valiente y algo divertido, por qué no.

Una historia plagada de momentos de pasión y amor, de tensión, ¡incluso hay un secuestro! Persecuciones, mentiras y mucho sentimiento. ¿Podrá Regan tener suficiente confianza en sí misma y en el controlador de su marido para darle otra oportunidad al amor? ¿O ganarán Farrell y Margo la partida?

La mujer de la ribera

El curso del río no sólo separaba sus hogares: dividía sus mundo por completo. Wesley era joven, apuesto y aristócrata. Leah era bella, temeraria, y muy pobre. Sólo una broma del destino había podido unirlos. Pero ese matrimonio era una farsa, una mentira que Wesley muy pronto aclararía. Sí, él estaba decidido a abandonar a Leah para casarse con la dulce e inútil Kimberly, una mujer de su misma clase social.
¿Por qué, entonces, deseaba a Leah desesperadamente? ¿Por qué la besaba con una pasión que ella correspondía aun en contra de su voluntad? ¿Por qué odiaba a Justin, ese hombre rudo que había irrumpido en la vida de Leah con la intención de hacerse amar por la muchacha?

Bueno, esta historia es la típica entre hombre rico y mujer pobre. Pero, en realidad, la historia de Wes y Leah empezó mucho tiempo atrás... en el primer libro de la saga. Leah es la niñita que ayuda a Wes a encontrar a Nicole cuando su hermano Abe la secuestró. ¿Recordáis a Abe? Os dije que era importante.

Pero han pasado los años, y por motivos de la vida, Wes deja embarazada a Leah. Cuando meses después, la muchacha está a punto de morir, Wesley se casará con ella con tal de salvarla, aunque eso le cueste su compromiso con la bella Kimberly. Pero este matrimonio de conveniencia no gustará a ninguno de los dos: Leah perderá a su niño, y aunque será instruida en el mundo de Wes por Nicole y Regan, pronto querrá la nulidad. Y es que Wes la odia. Odia su forma de ser y odia que lo haya separado de la mujer que ama.

Wes, Leah y Kimberly emprenderán un viaje hacia Sweetbriar, donde allí dirán que Leah es la primera de Wes y Kim su prometida. Será más fácil vivir una mentira hasta conseguir la nulidad. 

Leah es una joven ingenua al principio. Está enamorada de la imagen de Wes que conoció hacía años, pero cuando esté casada y sea otra mujer, más bella y refinada, se encontrará con el desprecio de su marido. Pero Leah es una mujer trabajadora y luchadora por la infancia y juventud que ha vivido, rodeada de pobreza y de un padre malvado y violento. Lamerá sus heridas y hará que del dolor un trampolín para ser más segura de sí misma, más mujer y más digna. A pesar de todo, vemos que Leah siempre es ese alma bondadosa y altruista del principio. Una mujer que no le importan las riquezas materiales, sino las humanas, las emocionales. Es valiente y decidida, aunque a veces, cuando se trata de Kimberly, es un poco blanda. Al fin y al cabo, ella le robó al hombre de sus sueños, ¿no? Puede que eso cambie, puede que al final, Leah demuestre ser una leona en todas sus letras.

Wesley, por otro lado, es un hombre hecho y derecho que se ha cansado de ser eclipsado por su hermano Travis, que lo trata como un niño pequeño. Su refugio es Sweetbriar (un pueblo de Kentucky, lejos de Virginia), y la granja que está montando en el pueblo donde todos lo quieren y respetan por ser como es, y no por ser un aristócrata. Su objetivo en la vida era casarse con Kimberly, pero no pudo ser. Pero está dispuesto a recuperarla, y para ello odiará a Leah. Pero el odio no le durará eternamente. Cuando emprendan el viaje hacia Sweetbriar, Wes se dará cuenta de lo distintas que son ambas mujeres. Y verá que, quien enciende su sangre, es Leah, la silenciosa y trabajadora Leah, siempre dispuesta a complacer a los demás y no ser una carga.

El cambio del protagonista se dará sobre todo cuando aparezcan en escena unos bandidos que sabrán cómo retener a Leah a su lado. Veremos un hombre valiente y decidido, sin miedo a la muerte, y dispuesto a todo para que la vida de Leah no corra peligro. Es bastante machista, pero poco a poco su forma de pensar se irá suavizando. No es un protagonista romántico en exceso, más bien, es muy rudo y arisco, aunque tiene sus momentos. Sobre todo cuando se pone celoso de Justin, el hombre que ve en Leah la mujer de sus sueños y que querrá conquistarla.

Kim es una chica inútil que sabe que es guapa y que tiene a Wes comiendo de la palma de su mano. Niñita consentida, es muy malcriada y una señorita acostumbrada a tener sirvientes. Es lo contrario a Leah, y hasta que su forma de pensar y de ser no cambió, (hacia el final de la novela), debo admitir que la odiaba. Mucho. Su forma de ser tan pasiva, pero a la vez tan controladora y marimandona, me enervaba. 

Y como os he dicho, ¡en este libro, Jude Deveraux, nos presenta a una banda de bandidos! El viejo oeste ha llegado hasta la novela, y conoceremos al malo de Revis, al cobarde de Abe (el hermano de Leah) y a dos gemelos de tañamos desproporcionados y cuyo estomago será la clave para que Leah consiga dos aliados. Bud y Carl son los mejores amigos que una mujer puede tener en los bosques: serán sus protectores, guardaespaldas y demás. Al fin y al cabo, ella es la única persona en el mundo que no los trata como tontos y se atreve a conocerlos.

¿Pero qué pasará cuando toda esta aventura termine? Todo viaje llega a su fin, y Wes finalmente podrá salvar a Leah de los bandidos que la retenían. Es el momento de poner los sentimientos sobre la mesa, en una novela donde la acción y la pasión están al orden del día, así como muchos peligros mortales. ¿Podrán estos dos protagonistas ser felices? ¿O firmaran finalmente la nulidad? ¿La justicia irá a por Leah por ser cómplice de bandidos? ¿Y si el jefe de los bandidos logra localizar a Leah? 



Esta saga es bastante buena, aunque disfruté muchísimo más el segundo libro que el resto. Pero debo admitir que adoro cómo escribe Jude Deveraux y que todas sus novelas hacen que me sumerja en sus páginas con una facilidad sorprendente. ¿Le daréis una oportunidad a la serie Sweetbriar? 


Puntuación (sobre 5):

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