¡¡Hola lectores!! He tardado pero
por fin os traigo la reseña de la segunda parte de la trilogía de El jinete de
bronce. Su autora, Paullina Simons. SI
NO HAS LEÍDO EL JINETE DE BRONCE NO SIGAS LEYENDO. CONTIENE SPOILERS
*me gusta mucho la portada original <3*
Embarazada, enferma y
absolutamente desolada, Tatiana ha logrado llegar a Estados Unidos. Entregada a
la fuerza de las circunstancias y alejada de su convulsionada tierra, la joven
comenzará una nueva existencia con la secreta ilusión de que, en alguna parte,
el hombre al que ama sea capaz de vencer a la oscuras garras del destino.
Mientras, Alexander sufre el hostigamiento de las fuerzas represoras del régimen en las gélidas tierras de la Unión Soviética, y tan solo el recuerdo de su esposa, junto con la velada esperanza de que siga con vida, alimenta su espíritu ante la adversidad.
Al tiempo que la contienda llega a su final, ambos lucharán contra sus destinos y la desesperación en busca del amor perdido y la inquebrantable esperanza del reencuentro.
NOTA: No sabéis lo que me ha
costado encontrar una sinopsis que no spoileara medio libro. En serio, gente
que escribe sinopsis. HACEOSLO MIRAR
Antes que nada, muchísimas gracias a mi amiga Elena por dejarme el libro y descubrirme esta maravillosa trilogía.
He tardado mucho en coger este
libro porque no quería sufrir. Tal y como acaba El jinete de Bronce sabía que
me iba a pasar todo el libro sufriendo, y no me equivocaba. Pero también me he
emocionado. Me ha gustado mucho, pero no tanto como el primero.
Os cuento. Segunda Guerra
Mundial. Alexander ha sido capturado por el NKGD por traidor a la Madre Rusia
(¬¬) y quieren que confiese que es ciudadano estadounidense para matarlo. Pero
él no está dispuesto a admitir nada y, con la incertidumbre de no saber que ha
sido de Tatiana, tratará de salir indemne del enorme lío en el que lo ha metido
el c***** de Dimitri. Ya podéis imaginaros la que el lector pasa con él. Vamos,
más que para echar los dientes.
En cuanto a Tatiana. La dejamos
en Nueva York, pariendo. Y en NY la encontramos de nuevo, cuidando de su hijo
Anthony y siendo enfermera en un hospital de refugiados mientras intenta salir
adelante y superar la muerte de Alexander (recordemos que ella piensa que está
muerto). Pero Tatiana no es capaz de aceptarlo, de seguir adelante sin más. No
puede vivir sin él. Su hijo es lo único que la ayuda a seguir levantándose por
las mañanas. (Mis feels son reales).
Mientras la guerra sigue en su
apogeo, Alexander buscará la manera de llegar junto a Tatiana, aún sabiendo que
puede ser un suicidio, y ella intentará seguir viviendo. Pero Tatiana tiene la
sensación de que él vive, y no descansará hasta saber si eso es verdad.
Así que el libro se divide en
tres líneas. Lo que le está pasando a Tatiana en la actualidad, lo que le está
pasando a Alexander en la actualidad, y el pasado de Alexander, que me resultó
muy interesante. Ver cosas desde su punto de vista, como por ejemplo el día que
conoció a Tatiana, cuando solo teníamos el de ella, me ha gustado mucho. Además, en medio de todo eso hay recuerdos de
ellos dos, de ese mes que pasaron juntos tras casarse.
Una vez más alabo la capacidad de
Paullina Simons para ponerme la piel de gallina. Su pluma es maravillosa. He
soltado más de una lágrima al ver escritos los sentimientos de Tatiana de una
forma estremecedora. Y la guerra… los campos de concentración. Uff, increíble.
La evolución de Tatiana es
asombrosa. Ya no queda nada de aquella niña que veía la guerra como una
aventura. Con apenas 20 años ha visto tantos horrores que es difícil imaginar
cómo sigue en pie todavía. Su fortaleza es asombrosa. Esa misma fortaleza que
la llevará a hacer cosas en este libro que no todo el mundo haría. Sin duda es
mi personaje favorito.
En cuanto a Alexander, si no se
ha vuelto loco es un milagro. Él lo ha tenido muy difícil también y conseguir
sobrevivir entre tanta muerte, traición y hambre es toda una hazaña. Cuando se
pone serio y hermético lo mataría, pero entiendo que es su forma de ser y un
mecanismo de defensa. A saber cómo estaría yo después de eso.
Esas pequeñas cosas son las que
hacen tan humanos a los dos protagonistas. Son los mejor desarrollados, sin
duda alguna.
En fin, creo que tardaré un poco
en leer El jardín de verano. Necesito cambiar de aires, pues este libro ha sido
complicado y me leí 500 de las 630 que tiene en un día. Demasiado para mi heart
xd Pero os sigo recomendando El jinete de bronce con los ojos cerrados.
¡¡Hasta otra!!
Hola... solo con la sinopsis me ha enamorado.. y despues de tu reseña me ha picado mucho la curiosidad.. de momento me apunto la del jinete de bronce.
ResponderEliminarGracias por la recomendacion,
besitos
Hola! yo lo leí hace mucho y me gustó, y eso que lo leí sin haber leído la primera parte porque no sabía que formaba parte de una trilogía. Besos
ResponderEliminar