Harry tiene dieciséis años e inicia el sexto curso en Hogwarts en medio de terribles acontecimientos que azotan Inglaterra. Elegido capitán del equipo de Quidditch, los entrenamientos, los exámenes y las chicas ocupan todo su tiempo. La tranquilidad no le durará mucho. Dos alumnos son brutalmente atacados, aunque la escuela tiene grandes medidas de seguridad. Dumbledore sabe que se acerca el momento anunciado por la profecía, y que Harry Potter y Lord Voldemort pronto deberán enfrentarse a muerte. El anciano director solicitará la ayuda de Harry, y juntos emprenderán peligrosos viajes para intentar debilitar el enemigo, para lo cual el joven mago contará con la ayuda de un viejo libro de pociones perteneciente a alguien que se hace llamar... el Príncipe Mestizo.
La trama del libro es el precedente al último. Os lo puedo resumir en dos partes: Harry sospecha que Draco Malfoy es ahora un mortífago; Dumbledore y Harry descubren, gracias al pensadero, que Lord Voldemort dividió su alma y la depositó en diversos elementos, objetos... como queráis llamarlos. Estos fragmentos se llaman horrocruxes. Si alguien sabe inventar nombres raros rarísimos, esa es, sin dudas, J.K. Rowling. Hasta los nombres de algunos personajes tienen tela telita tela. Por otro lado, nos encontramos con que Harry ha recibido un libro de pociones que le ayudará en la busqueda de esos objetos. El libro pertenece a alguien que se hace llamar Príncipe Mestizo y cuya identidad Harry desconoce.
¿Y qué pasa luego? La marca tenebrosa se extiende por el cielo de Hogwarts. Lord Voldemort ha regresado. Y su primer objetivo es Dumbledore, por ello envía a Draco Malfoy para matarlo. Draco dudó. En el fondo es muy buen chico este Slytheriano tan malote. Pero nada, Snape viene y ¡pum! Mata a Dumbledore... y Harry lo ha presenciado todo desde su capa de invisibilidad, pero no ha podido hacer nada para evitar la muerte del director de la escuela.
El libro no sólo acaba con la muerte de Dumbledore. Snape le confiesa a Harry que él es el Príncipe Mestizo (Hermione aclarará más tarde que Snape es un "sangresucia" y por eso se autodenominó mestizo). Así pues, los tres amigos (Harry, Ron y Hermione) decidirán ir en busca del resto de horrocruxes y no cursar su séptimo curso en Hogwarts, mientras Lord Voldemort empieza a ser más fuerte y a ganar terreno en la comunidad mágica.
No sé qué deciros de este libro. Me han matado a Dumbledore. Su muerte me dolió menos que la de Sirius, pero me tocó el alma. Oish. Buena es la Rowling para matar personajes con los que te has encariñado durante seis libros. Pero por lo demás, es el libro que te provoca ansiedad. El final se acerca y este libro lo deja más que claro.
¿Los personajes? Bueno, vemos una fuerte evolución en todos, sobretodo en Harry, que ya se comporta como alguien mayor a un chico de dieciséis años.
Realmente no sé qué deciros de este libro, porqué como os he dicho, es la introducción al séptimo volumen de la saga, que es el que tiene chicha, el que se debe comentar sí o sí. ¡Así que siento no poder contaros mucho más que la trama y daros mi humilde opinión, pero es que es lo que pienso!
Mañana terminamos con esta increíble saga lectores. ¡Nos vemos!
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